Una reciente nevada en la ciudad de Philadelphia despertó la creatividad de uno de sus habitantes, quien a través de simple observación al recorrer las calles, logró darse cuenta de cómo podría mejorarse el diseño de varias calles e intersecciones de su ciudad sin afectar el flujo de vehículos en éstas.
Al circular sobre la nieve, los carros derretían o ensuciaban las áreas que verdaderamente utilizaban, dejando en evidencia una serie de espacios que por el mismo movimiento de los vehículos, podrían tener un uso diferente. En estas imágenes de la Avenida Passyunk que cruza en diagonal la retícula de la ciudad, se observa cómo con el movimiento de los carros se crean sobre la nieve una serie de triángulos o áreas en los giros de los vehículos que pudieran ser empleadas para ampliar las banquetas existentes e instalar mobiliario para crear mayores y más dignas áreas de estar.
De igual manera, al encontrarse varios de estos espacios cerca de parques o áreas verdes existentes, se convierten en excelentes oportunidades para plantar más árboles y crear mayores áreas de sombra para el verano. Por otro lado, se aprecian también áreas con un potencial de convertirse en extensiones al aire libre de restaurantes o cafeterías existentes, o calles con una sección mayor de la que verdaderamente necesitan.
Estas pequeñas intervenciones, que no representan una gran inversión, una afectación a la circulación de los vehículos, ni una pérdida de cajones de estacionamiento, son en cambio una enorme ganancia en la manera de vivir y usar la ciudad.
Para el resto de las ciudades en donde no nieva con tanta frecuencia, ¿qué otras opciones tenemos para mejorar el diseño de nuestras calles?
Texto Carlos Bustani
Fotos via This Old City
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