Indudablemente Salvador Dalí fue una de las figuras más excéntricas del Siglo XX, la estela de su vida y obra aún permea las mentes de un sinnúmero de artistas y músicos hoy en día. Un personaje polifacético, sin duda, reivindicado siempre como un genio incomprendido, y que exploró los recovecos de la pintura, el cine, la escultura y la literatura. Aquí te van 10 momentos excéntricos en la vida de este autor.
1. Dalí en México. La relación de Dalí con México y su experiencia, aunque aún sombría, nos deja una de las frases más curiosas sobre nuestro país: “De ninguna manera volveré a México, no soporto ver un país más surrealista que mis pinturas.”
2. México en Dalí. Fue en 1971 cuando el periodista Jacobo Zabludovsky entrevistó al pintor en su casa de Portlligat. Ante las respuestas absurdas y fuera de contexto de Dalí, el entrevistador preguntó: ¿está usted loco? y la respuesta del genio fue nada más y nada menos que: “La única diferencia entre un loco y yo, es que yo no estoy loco.”
3. Una fobia saltarina. Cuando era niño, Salvador Dalí le tenía fobia a los saltamontes y sus compañeros, al saberlo, le metían esos insectos en sus bolsillos. Para desviar la atención pronto mintió afirmando que le tenía fobia a los aviones de papel. A lo largo de su vida otras fobias se le presentaron: conducir, abrir las puertas, los niños y las mujeres.
4. Mascotas excéntricas. Ocelotes, gatos y cisnes. Dalí siempre estuvo acompañado de mascotas; durante su residencia en París fue conocido por pasear por el metropolitan con su oso hormiguero, popularizando y marcando tendencia de esta mascota entre la alcurnia parisina.
5. Dalí y el marketing. El pintor diseñó la actual imagen de Chupa-chups, también fue la imagen oficial un tiempo de chocolates Lanvin y el Alka-seltzer en España.
6. Salvador… ¿D...isney? Tras más de 57 años de realización y, después de múltiples problemas financieros, finalmente el pintor colaboró en el cortometraje “Destino”, producido por Walt Disney Pictures.
7. Aquí todos estamos locos. Salvador Dalí realizó en 1969 doce heliograbados para el libro “Alicia en el País de las Maravillas” de Lewis Carroll, siendo una mágica dupla esta versión.
8. Manhattan en añicos. En una ocasión Dalí arrojó una tina de baño hacia una vitrina de un importante almacén de Manhattan porque habían movido de lugar parte de su montaje.
?9. En la exclusividad. Sólo dos personas podían ver a Dalí pintar, Gala y su amigo Antoni Pitxot. Además, la única visita que le emocionaba era la del Rey, ante todas las demás mostraba disgusto.
10. El surrealismo soy yo. Mientras que la otra falange de autores surrealistas simpatizaron con la izquierda, Dalí siempre mostró interés y defensa por ideas consideradas ambiguas o conservadoras. A finales de 1934 fue sometido a un “juicio surrealista”, al cual se presentó con un exceso de abrigos y un termómetro. El juicio le valió su expulsión del movimiento, a lo cual contestó: “No podéis expulsarme porque yo soy el Surrealismo”